Cómo dar aprecio honrado y sincero
Cómo dar aprecio honrado y sincero, esa fue una de las reglas más importantes de Dale Carnegie sobre el liderazgo. Podemos encontrarnos con diferentes puntos de vista en esta afirmación.
si la compartimos con familiares, amigos y conocidos. Incluso si es posible compartirlo con compañeros de trabajo. Estoy casi segura que no faltará quien se ría a carcajadas de esta regla básica de los líderes.
No sé si es por escepticismo, por aberración a la palabra aprecio hoy en día, pero de lo que estoy segura es que mucho pensarán ¿cómo?
Otros recordarán episodios donde no les fue tan bien ayudando y mostrando aprecio.
Pero es bueno entender que, como lo dice el Dr. Miguel Ruiz en su libro “Los 4 acuerdos”.
Debemos tomar en cuenta uno de sus acuerdos: “No tomes nada personal”, ni la peor ofensa, ni el peor desaire, ni la más grave herida, en la medida en que alguien te quiere lastimar, en esa misma medida se lastima a sí mismo.
Un líder de verdad siempre mostrará interés por cada uno de los miembros de su equipo de trabajo.
Dará el ejemplo, estará dispuesto a escucharte y saber de ti. Incluso de tu familia, tendrá disposición y verdadero respeto por tus palabras.
Yo tuve la oportunidad de conocer a alguien así, un empresario, que había comenzado de la nada. Como él mismo podía contarte, con una secretaria y él para iniciar su empresa.
Hablaba con tanto orgullo de sus comienzos, del trabajo que puso y de su ingenio para lograr ser una de las empresas constructoras más grandes del país.
Recordaba con mucho afecto el nombre de cada uno de los que trabajaban en su empresa y en cada departamento.
Todas las mañanas, este señor era de los primeros en llegar a las oficinas de su empresa, se paraba en la puerta para decirles “Buenos días”. A todos los que tuvimos la oportunidad de trabajar allí.
Durante la mañana paseaba por todos los departamentos para saludar a los que no había visto entrar. Preguntaba con verdadero interés a las mujeres y hombres que allí laboraban por sus hijos o cualquier otro miembro de su familia. Del que él tuviera conocimiento le fuera importante a ese trabajador.
Si alguien requería hablar con él, era bienvenido a su oficina, que era simplemente la del presidente de la empresa. Un hombre de negocios, que mostraba interés y aprecio honrado a sus trabajadores, clientes, proveedores, entre otros muchos.
Recuerdo una de las tantas conversaciones que tuve con él, su frase más impactante para mí fue:
«Un líder pensando en su equipo, demostrando aprecio sincero y honrado por los demás. Si, existen, los hay y también están los que debemos desarrollar en las empresas, comunidades e instituciones educativas.»