runner-1984319_1280-1-300x200 Nunca desistas

Nunca desistas, que ese sea tu grito de guerra; hace unas semanas estoy ayudando a varias personas que me han escrito a entender que el fracaso también enseña, que los gigantes más grandes ante nuestros ojos y en nuestra vida son los miedos.

He encontrado historias de miedo, de creer que es imposible lograr las metas, personas que han perdido la fe, el sentido de creer en sí mismos. Gente que se siente fracasada en su vida personal, profesional y en su manera de interrelacionarse con otros. ¿Cómo puedes llegar donde quieres si no tienes metas?

Esta ha sido la pregunta a dos de ellos. ¿Por qué desistir a mitad del camino cuando puedes llegar lejos?

Eres tú, ante todo.

Eres quien influye en tu vida, puedes dar más de lo que crees, debes entender que no puedes dejar de luchar, no puedes huir de los desafíos que te presenta la vida.

Toma las decisiones adecuadas, confía en lo que crees, pero ante todo cree en ti y en las capacidades que tienes para lograr lo que tanto deseas. Debemos creer en nuestro potencial y tener un verdadero deseo de triunfar.

Insistir, insistir, insistir, es lo que debemos hacer. Puedes pensar y creer que nada es imposible, sólo si tú haces el trabajo que debes hacer. ¿A dónde crees que podrás llegar si nunca desistes?

Comenzaste algo en tus propósitos pero no lo terminaste, sabes cómo se siente cuando no has finalizado el camino, entiendes tú el grado de mediocridad cuando te detienes y no continuas, cuando te vence la pereza, la apatía y el miedo.

En el campo de tu mente, tienes gigantes tratando de vencerte cada día, allí están para decirte que no vale la pena tu esfuerzo. Te dicen constantemente que nunca llegarás a la meta para cumplir con tus objetivos. Estás minado de gigantes que te dicen, lo más cruel que puede escuchar un ser humano, y entonces, les crees.

Toma la decisión hoy de matar al gigante, regresa con la cabeza en tus manos y muestrasela a los otros, verás cómo desaparecen los malos hábitos, la mala actitud, los miedos, la pereza y la apatía.

“Los efectos del éxito son la causa justificada de nuestro trabajo”

Laura Carvajal