0e4c455cbea78fe4f2ef6fe7a1653a9c Cortesía y liderazgo

Cortesía y liderazgo

La cortesía es un comportamiento humano social, basado en las buenas costumbres. Lo que denominamos hábitos positivos, entre los cuales conseguimos aquello que los niños aprenden en su hogar. No por las correcciones, sino por el ejemplo que dan los padres a sus hijos.

La disciplina de la cortesía radica en hacer hábitos de palabras y comportamientos. Que nos destacan en educación, humildad y sencillez. Y que, ante otros, deja un recuerdo efectivo de lo grato que es hablar. O estar junto a esa otra persona que va dejando esa estela de conductas positivas.

Es increíblemente agradable, contestar un saludo cortés. Cuando una persona viene a pedirte hacer una acción para él y que suenen las palabras “Por favor” y “Gracias”, esas que abren puertas para próximos favores.

Que una persona te escriba un e-mail con cortesía, educación y amabilidad, eso abre la oportunidad de conseguir respuestas positivas, y si no, por lo menos, una encantadora negativa.

Si nos fijamos bien en nuestro entorno…

Los líderes, suelen usar la cortesía casi como una norma inquebrantable en su vida. Saben que logran mucho más cuando se manejan bien entre lo socialmente aceptable, esperado y continuado.

Porque no hay nada peor, que un líder pedante, grosero, mandón, que usa la imposición mostrando que las otras personas no le importan. De esos que llegan y no saludan, pero esperan que lo demás le digan: “Buenos días”.

Si hablamos de los que llaman por teléfono y lo primero que dicen al recibir respuesta del otro lado es: ¿Quién es? ¿Quién habla? Sin siquiera decir, un saludo cónsono al momento del día, preguntar por la persona con quien necesita hablar, decir por favor y gracias.

También, nos encontramos con gente que no sabe lo que es la coherencia, por ejemplo:

Te escriben un e-mail sin saludar, sin usar las buenas costumbres sociales que demuestran educación y respeto por los otros seres humanos; sin embargo, quieren que tú les contestes y además lo hagas bien.

Nadie, reacciona bien al maltrato, ninguna persona merece agravios de otra y menos si escriben con amenazas. Pero luego de eso, te escriben otro e-mail, pidiendo que hagas cosas para ellos. Y, no es una petición, ni amable, ni cortés, ni educada.

¿Cómo reaccionarías a estos emails?

Yo, por educación respondería con educación, porque en la intranet de la empresa queda todo grabado. O guardaría los emails, para demostrar que esa persona usa la humillación y vilipendio constante contra mí.

Un líder, una persona que sabe gestionar y dirigir, también comprende muy bien las dinámicas sociales y de comunicación con los otros.

No anda pasándose de listo, tratando a su equipo como si no importarán. En este caso el narcisismo reconocido como problema mental, no es aconsejable para el trabajo en una organización.

Los líderes verdaderos reconocen y dan a conocer sus buenas costumbres y normas de etiqueta aprendidas en su hogar.

Hay personas, que intentan ser líderes, pero sólo encontramos, un hogar dañado. Sin la presencia del ejemplo de padre y madre, o tutores. También, podemos observar, que la educación brilla por su ausencia.

Las normas esenciales de etiqueta y un comportamiento cortés no existen. Y cabe decir, que una o tres carreras universitarias no te hacen, ni educado, ni cortés y menos aún, acreedor de buenas costumbres sociales.

Para ser un buen líder hay que reconocer los malos hábitos y erradicarlos, tanto por ti, como para tu vida personal.

Y mejor aún, para tu vida social y profesional, pues encontrarás a mucha gente dispuesta a trabajar contigo e interactuar. Recuerda que la cortesía está culturalmente reconocida.

Muchas lenguas o idiomas, tienen medios concretos para demostrar cortesía, deferencia, respeto. O un reconocimiento de la posición social del emisor y del receptor en la comunicación.

Hay dos fórmulas principales en las cuales una lengua dada demuestra cortesía:

1.- En su léxico (por ejemplo, empleando ciertas palabras en ocasiones formales, y formas familiares en contextos informales)

2.-  En su morfología (por ejemplo, usar verbos modales: deber y poder y sus formas verbales en todos sus sentidos dan distintos matices de educación y sentido).

Así pues, no existen excusas para no usar la cortesía, en el liderazgo es imprescindible que las normas y buenas costumbres permanezcan.

Es la única manera de iniciar una relación y comunicación en un ambiente positivo. Con retroalimentación efectiva y resultados tangibles.